El brote masivo de COVID-19 a bordo de cruceros ha destruido una buena parte de esta industria que alguna vez fue lucrativa, después de que las autoridades estadounidenses emitieron la orden de no navegar para todos los cruceros con base en puertos de Estados Unidos, la cual se ha prolongado la última vez hasta el 31 de octubre.
Decenas de trabajadores están despojando en estos momentos paredes, ventanas, pisos y barandas de varios barcos en el muelle de Aliaga. Antes de la aparición del coronavirus, los astilleros de desguace de barcos de Turquía solían manejar buques de carga y contenedores. La pandemia y la orden de prohibición de navegar de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EEUU trajeron a Izmir el boyante negocio del desguace de barcos de crucero.
Los CDC calculan que hasta el 29 de septiembre se han registrado por lo menos 3.689 casos "de enfermedades similares a COVID-19 o COVID en cruceros en aguas estadounidenses, además de al menos 41 muertes reportadas".
La COVID-19 se carga una industria
Un portavoz del astillero turco refirió que unas 2.500 personas trabajan en el astillero en equipos que demoran alrededor de seis meses en desmantelar un barco de pasajeros completo. Los barcos llegaron de Gran Bretaña, Italia y Estados Unidos.
El astillero apunta a aumentar el volumen de acero desmantelado a 1,1 millones de toneladas para fin de año, desde las 700.000 toneladas de enero. Incluso los accesorios no metálicos de los barcos no se desperdician, ya que, los operadores de hoteles han venido al astillero para comprar materiales útiles, agregó.
Algunos buques emblema
El 14 de marzo de 2020, Carnival anunció la suspensión del servicio para todos sus barcos debido a la pandemia de COVID-19.
Posteriormente, informó que el servicio se reanudaría el 10 de abril, pero la suspensión se extendió hasta el 1 de octubre de 2020. El 23 de julio de 2020, la mayor corporación de cruceros del mundo anunció la venta de Carnival Fantasy y Carnival Inspiration que fueron varados en Aliağa como chatarra el 29 de julio de 2020. Un informe del 26 de agosto de 2020 indicó que el proceso de desguace había comenzado.
Del Blog CCL Miami
Otro barco que siguió una travesía similar es el Monarch. Tras varios días fondeado frente al puerto de Aliaga, el buque Pullmantur Monarch, antes Monarch of the Seas, realizó a una velocidad de 5 nudos su llegada a la playa del desguace, donde será cortado tramo por tramo, reciclando algunas de sus partes, según el canal youtube ElRicondelTripulante.
Monarch fue incluido en el sitio web de un corredor de barcos por 125 millones de dólares. Poco después de ser incluido en la lista, el barco fue visto en Nápoles y Malta descargando equipo pesado mientras se desmantelaba el interior. Este suele ser el paso que precede inmediatamente al envío de un barco para su desguace.
Y así, hay casi una veintena de barcos que una vez fueron botados al mar en pomposas ceremonias con madrinas de lujo y ahora serán convertidos en chatarra y vendidos por partes.
Negocio boyante
El reciclaje de buques en Turquía se lleva a cabo en una zona industrial que es de propiedad estatal y está alquilada a empresas privadas. Los astilleros están ubicados en Aliaga, a unos 50 km al norte de Izmir, en un área que alberga un gran grupo de industrias pesadas.
La zona de reciclaje de barcos fue establecida por primera vez por un decreto del gobierno en 1976. Los astilleros de reciclaje de barcos turcos aplican el llamado método de aterrizaje. La proa de la embarcación está anclada a tierra mientras la popa aún está a flote. Luego, las grúas elevan los bloques a un área de trabajo drenada e impermeable. Las malas condiciones para la salud de los trabajadores y el medio ambiente de este método fue objeto de denuncias de grupos como Greenpeace y críticas internacionales que fueron acalladas por el Gobierno turco con la introducción de nuevos procedimientos para la gestión de desechos peligrosos.
Desde hace unos 10 años, los recicladores de barcos turcos y el Gobierno han seguido mejorando las prácticas en Aliaga, tanto en estándares ambientales como sociales, al mismo tiempo que han aplicado una inteligente política de puertas abiertas a investigadores, consultores y expertos independientes. Varios se han unido a la Asociación Internacional de Recicladores de Buques (ISRA) y, desde 2018, algunos fueron auditados e incluidos en la lista de la Unión Europea de instalaciones de reciclaje de barcos aprobadas.
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