Advertencia: no nos hacemos responsables por los ‘spoilers’ de ‘The Joker’ emitidos en este artículo. Si aún no ha visto la película, no sigas leyendo. Caso contrario, bienvenido a la tertulia.
La teoría de la «alucinación» que vivió Arthur Fleck durante todo el film parece haberse confirmado gracias a un guión que se filtró las redes sociales. El mismo, data de abril de 2018 (cinco meses antes de que comenzaran las grabaciones), incluye un párrafo que ha desatado toca clase de teorías.
«Está sentado frente a una doctora con exceso de carga de trabajo (en sus cincuenta), afroamericana. De alguna manera, es la misma habitación donde Fleck imaginó a su madre treinta años antes. La habitación, y también la doctora se parecen vagamente a la trabajadora social y su oficina de la escena inicial».
Y aquí es donde nacen las dudas: La escena de la psiquiatra en el Arkham Asylum con la escena de la trabajadora social, al principio de la película deja entrever que todo lo contado no es más que un relato de Arthur.
De hecho, fans han compartido en redes sociales que los relojes que aparecen en la película ¡siempre! marcan la misma hora: las 11:11. Si el tiempo no pasa, es porque Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) siempre estuvo alucinando.
‘The Joker’, trajo como consecuencia el desarrollo de varias teorías sobre su enigmático final. Os refrescamos la memoria. En la escena final, Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) es aprehendido y trasladado a un centro psiquiátrico (más que merecido) por haber asesinado a Murray Franklin (Robert DeNiro) durante su show de TV, en vivo, transformándose finalmente en el Joker.
Tiempo después, cuando sale de la habitación bailando por los pasillos del recinto mientras deja manchas de sangre a su paso (obviamente la doctora también fue víctima de su locura).
La controversia llega cuando todo lo que experimentan los espectadores en la película, no es más que el relato de Arthur Fleck a la psiquiatra antes de asesinarla. Es decir, surge un híbrido de realidad y alucinaciones del protagonista (partiendo que nunca estuvo tan cuerdo).
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