En estos destinos, los turistas tienen la oportunidad de descubrir el proceso Ãntegro de producción del chocolate, desde el cultivo del cacao que mantiene las prácticas nativas tradicionales hasta su transformación en deliciosas tabletas de chocolate, pasando por la cosecha y el tratamiento del grano de cacao. Sin duda, se trata de una experiencia diferente del destino, que permite tomar contacto con la vida rural dominicana.
Cultivo tradicional
Las rutas del cacao ponen de manifiesto que más allá de los impresionantes complejos turÃsticos a pie de playa, el interior de República Dominicana ofrece alternativas de alto valor para los turistas que buscan la cultura genuina del paÃs. Adentrándose en las plantaciones de cacao los viajeros se sumergen en una República Dominicana diferente y cautivadora, alejada de estereotipos y anclada en la vida sencilla y auténtica de las comunidades locales cuyos principales ingresos proceden del cacao.
“A la gente le gusta conocer lo genuino de un destino y los dominicanos nos sentimos orgullos de mostrar a los visitantes algo tan tradicional como son las plantaciones de cacao. Además, somos uno de los principales productores de cacao orgánico a nivel internacional y trabajamos para preservar los estándares de calidad que convierten el cacao orgánico de República Dominicana en uno de los más cotizados a nivel internacional”, comenta Karyna Font-Bernard, directora de la Oficina de Promoción TurÃstica de República Dominicana en España y Portugal.
Buena muestra del prestigio del cacao orgánico dominicano es que propia la Academia del Chocolate de Londres eligió el año pasado uno elaborado con cacao dominicano como el mejor chocolate en barra del mundo. Se trataba del chocolate Hispaniola de la marca Hummingbird.
¿Por qué es tan delicioso el cacao dominicano?
La apuesta por la producción orgánica es la clave de la calidad del cacao dominicano. Además de las excelentes condiciones naturales del paÃs para el cultivo de esta planta.
La producción orgánica supone el respeto al cultivo natural, sin recurrir a fertilizantes ni pesticidas. El cacao que se obtiene posee un sabor, un aroma y una textura superiores. Una vez transformado en chocolate se convierte en una auténtica delicatesem para saborear en múltiples presentaciones.
No es producto de la casualidad que República Dominicana sea el primer exportador mundial de cacao orgánico. Tampoco que se esté desvelando como una referencia para los amantes del chocolate, los viajeros foodies y los ecoturistas en busca de nuevas rutas.
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