Probablemente algunos de ellos no corren ni lanzan la pelota como a sus veinte años, pero a medida que envejecen cuentan con alternativas para permanecer en el juego y disfrutarlo. Esto aplica igual, enfatizan los especialistas, al “juego” sexual.
La disfunción eréctil, que es la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para permitir una relación sexual satisfactoria, puede ocurrir por muchas razones: trastornos vasculares, neurológicos, diabetes, problemas de la próstata, efectos secundarios de medicamentos, estrés, situaciones psicológicas, entre otras.
No hay que decir las distintas pastillas disponibles en el mercado para ayudar a los hombres en esta causa, pero es importante hacer consciencia de que el estilo de vida puede ser la solución para muchos de ellos. En este sentido, perder peso y no fumar son las dos primeras recomendaciones de los especialistas.
Llaman también a caminar. La Universidad de Harvard reportó que 30 minutos de caminata diaria pueden reducir hasta en 40% el riesgo de sufrir disfunción eréctil. Informó también que el ejercicio moderado, en general, puede restaurar el desempeño sexual en hombres obesos de mediana edad.
La alimentación correcta es clave. Se citan los resultados de un estudio en el estado norteamericano de Massachusetts entre hombres envejecientes, que halló que una dieta rica en frutas, vegetales, granos integrales, pescado y reducida en carne roja y procesada así como en carbohidratos ultra procesados, reduce la probabilidad de disfunción eréctil.
Prestar atención a la salud cardiovascular. Hipertensión, azúcar, colesterol y triglicéridos altos, pueden dañar las arterias coronarias y causar ataque al corazón o cerebral, y a continuación trastornar la rigidez del pene.
La medida de la cintura aporta un parámetro claro del valor del peso adecuado en la defensa contra la llamada “impotencia”.
Un hombre con 42 pulgadas de cintura tiene 50% más probabilidades de sufrir disfunción eréctil que uno con 32. De manera pues que definitivamente perder peso y mantenerlo es buena estrategia para prevenir o combatirla. El sobrepeso y la obesidad aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y de diabetes, dos de las mayores causas del padecimiento. El exceso de grasa interfiere además con ciertas hormonas, lo que puede también ser parte del problema.
Un hombre con 42 pulgadas de cintura tiene 50% más probabilidades de sufrir disfunción eréctil que uno con 32. De manera pues que definitivamente perder peso y mantenerlo es buena estrategia para prevenir o combatirla. El sobrepeso y la obesidad aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y de diabetes, dos de las mayores causas del padecimiento. El exceso de grasa interfiere además con ciertas hormonas, lo que puede también ser parte del problema.
La fortaleza pélvica también favorece la rigidez del pene durante la erección. Por eso los ejercicios de Kegel no sólo están recomendados para las mujeres. Esto, combinado con las indicadas medidas de estilo de vida y limitar el alcohol, completan el conjunto de prácticas para mantener alejada la perturbadora disfunción eréctil.
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