A sus 19 años, Shannon Clifton pudo hablar abiertamente sobre la pesadilla que marcó su vida y de la que apenas acaba de despertar: haber sido violada por su padre por unos ocho años casi todos los días.
A los 13 años, Shannon, quien creció en Chaddesden, tuvo un hijo producto de la relación incestuosa que fue dado en adopción.
El infierno de la muchacha inició cuando sus padres se separaron, a la edad de 5, y ella se fue a vivir con su agresor, Shane Ray Clifton.
En principio, el hombre solo la golpeaba, y cuando le preguntaban en la escuela, sobre los moretones -obligada por su padre- decía que había peleado con sus primos.
Posteriormente, los abusos se agravaron convirtiéndose en ataques sexuales continuos.
“Al principio todo estuvo bien, pero luego se volvió abusivo. Yo podía venir de la escuela y empezaba a pegarme. Al final me acostumbré”, relató a The Mirror.
“Se empezó a volver sexual. Hubo una ocasión en el suelo de la habitación frontal. Yo traté de bloquearlo para no acordarme de nada”, narró.
Dijo que, en medio de una clase de educación sexual cuando tenía 9 años, se percató que lo que presentaban en el curso era lo que le hacía su padre.
“Yo recuerdo la primera vez que nos estaban enseñando educación sexual, mi maestra nos dijo, ‘nadie debe tocarlos en estas partes”.
“Yo estaba en ‘shock’ porque pensé, ‘eso es lo que mi padre me hace’”, recordó Clifton.
Según su testimonio, su padre la trataba como si fuera su esposa, y, regularmente, le pedía que limpiara la casa y que le hiciera la cena.
La muchacha relató que la temporada de verano era la peor para ella porque el atacante la violaba, incluso, en espacios exteriores.
“El me sacaba y me lo hacía en el campo o en el bosque”, confesó.
“En la noche, si había bebido en una actividad familiar, él me lo hacía en un callejón”, agregó. Cuando trataba de defenderse, él la agredía más.
En el tercer embarazo, el padre trató de escapar con ella cuando las autoridades recibieron información del caso. Finalmente, cuando ambos acudieron a un gimnasio a cambiarse la ropa, una persona alertó a la Policía.
El violador fue sentenciado a 15 años de cárcel. Sin embargo, el hombre podría salir en libertad en poco más de cuatro años, luego de que le redujeran la sentencia.
“Yo estoy asustada. ¿Qué va a garantizar que él no intente atacarme otra vez?”, cuestionó Clifton quien escribió un libro sobre su vida para alertar a otras víctimas de violencia sexual e incesto.
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