El uso legal de la marihuana aumenta en los Estados Unidos, donde 33 entidades han legalizado el uso medicinal y 10 incluso como una droga de uso recreativo.
Este mercado abre la posibilidad de miles de empleos, pero no cualquier persona puede aplicar por los alrededor de 300,000 posiciones relacionados con esta industria, ya sea en tiendas, laboratorios o en granjas.
“Un analista de Wall Street que ha seguido a la industria desde 2016 pronostica que el mercado en los EEUU podría crecer a $80,000 millones de dólares para 2030 si hay una legalización federal”, destaca un artículo de la firma de abogados Jackson Lewis PC en lexology.com. “Sin legalización federal, sin embargo, las ganancias y los trabajadores extranjeros altamente calificados irán a otro lado”.
Sin embargo, los expertos alertan a los inmigrantes no naturalizados a alejarse de ese mercado, ya que podrían afectar sus procesos ante Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), incluso su estancia en el país.
Citan que las normas migratorias indican que cualquier ciudadano extranjero, incluso los titulares de la “green card”, que participen en la industria de la marihuana, realicen inversiones o utilicen la marihuana donde sea legal (incluso con fines medicinales) pueden estar sujetos a consecuencias severas: se les prohíbe regresar al país o no podrán naturalizarse (durante al menos cinco años).
“Se han presentado proyectos de ley en el Congreso que ayudarían a aliviar el conflicto entre las leyes estatales y federales, incluida la eliminación de las sanciones federales para aquellos que cumplen con las leyes estatales de marihuana y eliminarla de la lista de sustancias controladas”, indican los expertos.
A pesar de ello, ninguna propuesta ha avanzado, por lo que los inmigrantes deben alejarse de esa industria en cualquiera de sus frentes.
El artículo agrega que la única forma que un inmigrante pueda participar es si el Congreso aprueba un proyecto de ley que elimine la marihuana de la lista de “sustancias controladas”, además de que debería haber ajustes a las normas migratorias.
“(Hay) algunos ciudadanos extranjeros a quienes se les han negado los beneficios en estas bases están apelando las decisiones”, expone. “Los ciudadanos no estadounidenses deben desconfiar de la participación en la industria de la marihuana”.
Además de los Residentes Permanentes, aquellos inmigrantes con protecciones como TPS, DACA, visas laborales y de estudiante, entre otras, deberían hacer uso de esta droga o laborar en la industria.
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